Reocín acoge al visitante con calidez y con el sencillo encanto de los municipios acostumbrados a recibir y despedir viajeros. Orgulloso de formar parte de la historia de Cantabria, de ser la cuna donde se sentaron las bases que con del devenir de los años darían en la actual Comunidad Autónoma, Reocín presume de pasado democrático. La Casa de Juntas, en el bonito Parque de La Robleda de Puente San Miguel, es sin duda ese corazón de Cantabria y cada 28 de julio, en el Día de las Instituciones, recuerda ese pasado y celebra con autoridades y vecinos los avances de la comunidad y su futuro.

Pero Reocín es más, y guarda pequeños tesoros que merecen la visita del viajero que gusta de serlo y de detenerse en los pequeños detalles, en los edificios que atisban pasados aristocráticos y eclesiales, de vestigios arquitectónicos, de arquitectura montañesa y señorial. Todo ello envuelto en un patrimonio paisajístico que invita a recorrer los rincones y sorprende al viajero en espacios abiertos y en tesoros como el Jardín Botánico o divertimentos como el Laberinto de Villapresente.   

En cada uno de los doce pueblos que conforman su territorio, el visitante encuentra cosas que ver, apreciar y paladear: Barcenaciones, Caranceja, Cerrazo, Golbardo, Helguera, Puente San Miguel, Quijas, Reocín, San Esteban, Valles, La Veguilla y Villapresente.

La capital del municipio, Puente San Miguel, ofrece todos los servicios y aglutina un buen número de comercios, aunque ofertas para el buen comer y beber se encuentran en todo el municipio. Que no decir de su situación geográfica privilegiada y bien comunicada, en el centro de la región y cerca de los enclaves más destacados de Cantabria, abanderados sin duda por las mundialmente reconocidas Cuevas de Altamira.

Reocín se presenta así al viajero, ocasional o intencional, como un municipio de discreto carácter y atractivo cercano, que redondea la afabilidad y hospitalidad de sus vecinos, haciendo de cualquier visita un momento para disfrutar